El Conversatorio comienza con la reflexión, ¿Por qué y para qué  necesitábamos ser salvos? .Se comprendió la condición Espiritual de Caída en que nos encontrábamos previo a los hechos de Cristo en Jesús; estábamos sin Espíritu de Dios Vivo en nosotros, bajo una Ley de vida que era la Reencarnación y que nacíamos con la marca  del Pecado Original.  Y que  en esa condición no teníamos posibilidad de trascender y que solo Cristo Dios  podía liberarnos. Esta claridad permitió ubicarnos y tomar conciencia del Sentido del Plan salvación ejecutado por Cristo en Jesús.

Luego, entramos a mostrar que la Salvación nunca estuvo en los hechos de sangre, padecimiento  y la  crucifixión  de Jesús, y que ese sacrificio fue  el pago de la deuda  de los primeros Adanes por su desobediencia a los Mandatos de Dios y  por el Crimen de Caín. Ésta verdad causo asombro  y conmoción  en los participantes, ya que  se dieron cuenta que le atribuían a  estos hechos de sangre  de Jesús, toda la  Salvación y que habían  llevado  siempre la cruz como símbolo de ello. 

Gozamos   al compartir, la verdad de la Salvación,   la gran Victoria   de Cristo ejecutada  en los Tres Días después de la Muerte de Jesús, donde  realizó junto a sus Huestes celestiales los Hechos de Salvación y que nos dieron  la condición Espiritual que hoy tenemos;  todos nacen  con Espíritu de Dios Vivo ,en Inocencia sin el peso del Pecado Original y  Vivimos bajo  una Nueva  Ley de Vida; La  Resurrección  Y que  la Salvación nos abrió las puertas para  trascender, es decir, retornar al Padre.